21/10/08

OCHO: un plano que busca escaparse.

Tantas veces pedí que me encerraran, tantas otras supliqué que me lanzaran dos mil voces. Hoy sólo habito un espacio abierto y solitario, como lo tiene la memoria. Me dijeron que no iban a callarse nunca, me gritaron que me acostumbrara a esa sensación claustrofóbica de los días anteriores. Y realmente no me interesa cuantas veces, voces, quieran mancharme; ni siquiera me importa tragarlas completamente. Me encuentro en un frío desierto, lleno de ausencia derramada, sólo conversando con mis raíces proyectadas.

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